Historia Tetradotoxin

[Bysalas]

Antes de empezar no es un relato de rol como tal, es la historia de mi personaje, dentro del lore del wow, si te gusta leer siéntate y tómate tu tiempo, no es muy larga pero tampoco precisamente corta, postaré un cacho al día , acepto críticas, por eso lo posteo, el formato no es el mejor del mundo, en pdf y word se ve mucho mejor, aquí hago lo que puedo, perdón en ese aspecto, y ahí vamos.

 

No esperes una historia con dragones, héroes o villanos, simplemente es mi historia, y

como es de esperar, desde mi punto de vista.

 

Para empezar te diré que soy un trol, sí, un trol bastante normal, procedente de

Las Islas del Eco, descendiente de la tribu Lanza negra, una de las tribus más afortunadas

por tener a alguien a quién seguir como Vol'Jin, nuestro líder y protector.

 

Para ser sinceros mi historia no empieza en las Islas del Eco, viene de más atrás en el

tiempo, cuando Vol'Jin no era más que un joven adolescente, tan normal y corriente

como yo, que aún no había pasado la prueba de fuego para convertirse en un cazador

de las sombras. En aquel entonces sentía admiración por Vol'Jin, lo consideraba un trol

fuera de lo común, amable con los demás y competitivo, pero sin sobrepasar el límite

que a tantos llevaba a la traición o juego sucio. Sin embargo, también sentía celos

porque nunca llegaría a ser como él. Su padre era el gran médico brujo Sen'Jin, jefe de

la tribu, mientras que yo ni siquiera sabía quiénes eran mis padres…

 

Desde pequeño tuve una vida muy dura. Como decía, no llegué a conocer a mis

padres, tal vez me abandonaran, tal vez murieran, el caso es que nunca he sabido nada

de ellos, así que me crié en el seno de la familia de Sen'Jin, líder de los Lanza Negra.

 

Según iba creciendo, me iba dando cuenta que no encajaba muy bien con el resto de

mi tribu. Cuando había una pelea, los demás niños de la tribu ( todos con padres ,

por cierto) animaban la pelea y se reían, y yo, que ya estaba rondando la veintena de años ,

mientras ellos peleaban, me quedaba observando y pensando en qué sentido tenía

pelearse entre nosotros cuando…, espera, espera… esa historia aún no la he contado.

Vale hagamos una pequeña pausa y centrémonos. Antes de eso teníamos nuestra

propia isla , en el Mare Magnum , la isla Lanza Negra, donde vivíamos apaciblemente y

no molestábamos a nadie, ni éramos molestados, pese a ello, nuestro líder nos

afirmaba tener visiones del futuro donde esa apacibilidad iba a desaparecer, y

adelantó en el tiempo la prueba de su hijo para convertirse en cazador de sombras, y

obtener con ello un gran poder.

 

Poco después, llegaron una especie de trol extraños, más bajos y menos corpulentos,

con armaduras lustrosas y fuerte armamento , más adelante supimos que eran

llamados humanos, y los múrlocs. Estos últimos, eran habitantes de nuestras costas

que no sabemos exactamente si son peces, ranas con cuerpo humanoide, fuera de su

comportamiento habitual, bajo una especie de hechizo, nos atacaron sin previo aviso.

Yo todavía no había recibido ningún entrenamiento de combate por aquél entonces,

pues era demasiado joven, así que lo único que pude hacer fue ver cómo, en la batalla,

morían mis mejores amigos, y muchos de los que me habían rodeado hasta entonces

, y aunque suene raro, si mis padres seguían viviendo en las islas sin darse a conocer,

espero que murieran en ese ataque, no es por ser egoísta, pero de lo contrario

significaría que efectivamente, me abandonaron al nacer y se fueron lejos de nuestro hogar,

y sinceramente, no me gusta la idea de que me abandonaran, siempre he pensado que

seguirían velando por mí desde las sombras.

 

[Bysalas]

Cuando Vol'Jin volvió de su prueba final, el ataque estaba en pleno apogeo, y pese que

al salir de aquél bosque y por consiguiente haber adquirido el poder que fue a buscar,

no poseía los conocimientos ni el entrenamiento para dominarlo. El maestro Gadrin

(uno de los miembros más sabios y fuertes de nuestra tribu) le informó, y juntos

vinieron a reunirse con los trol que aún quedaban, algunos aún ilesos y fuertes, otros

heridos y en muy malas condiciones, (entre los que me encuentro, y sí, por suerte o

desgracia, he conseguido huir al interior de la isla sin ningún rasguño).

 

Unos barcos con un estandarte rojo llegaron a las Islas, liderados por un joven chamán,

conocido con el nombre de Thrall, se hacían llamar La Horda. Recogieron a los heridos

y nos aseguraron una retirada, logrando sobrevivir.

 

Desgraciadamente nuestro líder y padre de Vol'Jin, murió en las islas.

 

Este último, como nuevo líder de los Lanza Negra, se quedó con algunos trol

defendiendo las islas, nuestras islas, nuestro hogar, de los invasores que habían

empezado a matar a diestro y siniestro, a nuestros hermanos, amigos, padres ,hijos, y

todo sin ninguna razón aparente. Nosotros nunca habíamos hecho daño a nadie.

 

Mientras tanto los demás llegamos a una pequeña región de Kalimdor denominada

Durotar, y ahí Thrall nos llevó a su casa y nos explicó la situación: había una guerra en

curso entre facciones adversas, La Horda, y la Alianza, unos atacaban a otros y éstos

les devolvían los ataques. No especificó quién empezó la guerra, pero según iba

avanzando con su historia sobre batallas, saqueos y ejecuciones por parte de las dos

facciones, mis ojos se iban emborronando, mis oídos me aislaban de las palabras que

salían de su boca, las manos me sangraban por la fuerza con la que apretaba los puños,

¿Qué tenían que ver sus estúpidas guerras con nosotros?, ¿Acaso todas las personas a

las que conocía y quería habían muerto por una estúpida guerra que no tenía nada que

ver con nosotros? La cabeza me empezaba a doler, tenía demasiadas imágenes de

compañeros muertos, demasiadas preguntas sobre el por qué de todo eso, no

aguantaba más, me iba a explotar la cabeza. Salí corriendo de la casa de Thrall, nadie

intentó detenerme, y de haberlo hecho dudo mucho que hubiera tenido éxito, estaba

demasiado dolido como para atender a razones.

 

Editado Septiembre 13, 2017 por Bysalas

[Avallac'h]

Cierro el post por antigüedad. Un saludo!